El "HIP HOP" es de aqui.
El hip-hop es la manifestación cultural de mayor rascendencia global entre las que produce exporta Estados Unidos. Específicamente, e las que ha creado la diáspora afrodescendiente, ue además ha dado al mundo el jazz, la electrónica, l funk, el techno y el rock, entre tantos otros. Pero e todos, ninguno como el hip-hop. Un fenómeno en l más estricto sentido de la palabra, que impacta la úsica, la estética y las políticas sociales de casi todos os países del mapa y articula las voces de grupos arginados en todo el globo. Maleable, se ha adaptado múltiples culturas, condiciones socioeconómicas y olíticas locales, y es, sin contradicción, global y local, iversal y particular.
Si bien es cierto que hay quienes simplemente consumen os elementos del hip-hop sin asumirlo -los posers ambién son universales-, la norma es que el movimiento e integre a la situación local de quien lo disfruta, mplificando las voces marginadas por las narrativas ominantes y creando una comunidad transglobal de ans, artistas y mensajes.
El hip-hop sacó cédula dominicana en la década de los 0, naturalizándose rápidamente y ayudando a asentar l macrogénero de la música urbana, el cual incluye ambién al merengue de calle, al reggaeton, al dembow al trap, todos alimentados de alguna manera por el hiphop. l artista, productor y figura de la radio y la tv Charlie alens describe la música urbana como “la esencia y ivencia del barrio vueltas expresión musical. El trap s el rey indiscutible en la actualidad y nacionalmente l dembow es el dueño de las discotecas, calles y venidas”. Entonces, si el hip-hop es el precedente omún de los géneros que ahora dominan las emisoras los escenarios, ¿por qué ha quedado rezagado?
“Aquí hay una desorganización grandísima” sentenció ilberto Martínez “Ovni”, pionero del género junto l colectivo Cooperativa Empresarial Lo Correcto. vni dice que “el artista debe hacer su diligencias, egistrar sus canciones, tocar puertas en los medios e comunicación, buscar escenarios nuevos, hacer lianzas estratégicas con otros artistas y no asumir “la iradera” como una afrenta personal, sino como parte el espectáculo.”
que los problemas del género son los mismos problemas que tenemos como sociedad: “las carencias del hip hop degeneraron en esos otros géneros urbanos, y la razón por la que se popularizaron es porque los artistas del dembow o del trap no tienen miedo de tocar puertas, entretener al público, hacer música popular, divertida, masiva. Los artistas de hip-hop crearon una especie de club que además de ser poco atractivo, es difícil de acceder”.
Como ya el hip-hop es un expresión cultural dominicana más, una que sabe unificar la experiencia local de nuestras juventudes urbanas a las del resto del globo, merece ser asumido desde una actitud de mejora, conservación y ampliación, usando el negocio para impulsar el arte, y no dejando que el arte sea diluido por el consumismo cultural. Tanto los artistas como los fans deben abogar por el rescate de los mensajes coherentes y reflexivos, y la maestría técnica y artística, utilizando los recursos de la tecnología y la comunicación para democratizar esta manifestación artística tan importante, especialmente para las comunidades de la diáspora africana. En un ecosistema plagado de ruido, la voz conciente del hip-hop es cada vez más necesaria.